En la tranquila tarde de Ceuta de este jueves, en la zona de Benítez, un tranquilo velero llamado Kelba se encontraba navegando cuando un grupo de orcas decidió ‘entretenerse’ jugando con la embarcación. Los expertos sugieren que estos cetáceos pueden exhibir este tipo de comportamientos cuando juegan o se sienten amenazados.
Los tres ocupantes del Kelba, encontrándose a la deriva y su navegación complicada por la presencia de entre 5 y 6 orcas, realizaron una llamada de alerta al 112, el teléfono único de emergencias.
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo acudieron al lugar para coordinar la intervención de apoyo e intentar controlar la situación. Aunque este tipo de sucesos no son aislados, este es el primer caso de tal virulencia registrado en Ceuta.
La primera información llegó sobre las 19:00 horas, cuando se informó de la interacción del velero con un grupo de orcas, justo al noreste del fondeadero de Ceuta. Los ocupantes del Kelba se encontraron en apuros al perder el control de la embarcación, que además sufrió daños en el timón, la orza y en otras partes. La Salvamar Atria de Salvamento Marítimo y componentes de la Guardia Civil se movilizaron hasta el lugar para prestar apoyo y se hicieron cargo del remolque del velero.
Este incidente trae a la memoria un suceso similar ocurrido el pasado mes de mayo, cuando un grupo de orcas hundió el primer barco del año, el velero Alborán Cognac. Este encuentro con los cetáceos ocurrió a 14 millas del cabo Espartel, en la entrada sur del estrecho de Gibraltar, en aguas marroquíes. Los navegantes explicaron que habían sentido golpes en el casco y que tenían daños en el timón y, lo que era más grave, una vía de agua, que amenazaba con hundir el velero de 15 metros de eslora.
Los científicos ya tienen una teoría sobre por qué las orcas atacan a los barcos en el Estrecho: se aburren. Un informe de la Comisión Ballenera Internacional destaca que la abundancia de atunes hace que estas ballenas no tengan que dedicar todo el día a perseguir a sus presas y decidan jugar con los veleros. Así, en medio de su juego, se convierten en una amenaza para los navegantes.
