El Sindicato Unificado de Policía (SUP) en la provincia de Cádiz ha mostrado en público su descontento, señalando lo que percibe como un "caos persistente" en las filas policiales del Campo de Gibraltar, que se intensifica durante la Operación Paso del Estrecho (OPE). Esta situación, según el sindicato, se repite año tras año, sin que se vean soluciones efectivas por parte de los responsables.
El SUP no duda en calificar la gestión y planificación de la OPE como "inadecuada, improvisada y carente de previsión". A pesar de tener a mano los resultados de años anteriores, se vuelve a caer en el mismo escenario: un número insuficiente de agentes y una organización caótica para atender lo que la Subsecretaria de Interior ha descrito como "el mayor movimiento de personas y vehículos por vía marítima de Europa y, posiblemente, del mundo".
Para enfrentar este desafío, el refuerzo ofrecido desde las más altas instancias implica que los policías renuncien a sus derechos a dietas o indemnización económica, y sacrifiquen sus vacaciones durante este periodo. Como resultado, la mayoría de las plazas ofertadas quedan desiertas, obligando a las autoridades a "parchear" la situación.
La denuncia del SUP subraya que los puestos de entradas y salidas están atendidos por un solo policía, sometido a ritmos y cargas de trabajo excesivas. Este escenario no solo pone en riesgo la seguridad y salud laboral de los agentes, sino que también afecta la calidad del servicio a la ciudadanía.
Además, el sindicato enfatiza la singularidad de la zona del Campo de Gibraltar, que se enfrenta a problemas como el narcotráfico, contrabando y actividades de bandas organizadas. A esto se suma la precaria organización de la OPE, el aumento de la llegada de migrantes en embarcaciones y la multiplicación de la población costera en época estival, factores que agravan la situación.
La repetición sistemática de estos errores y la falta de atractivo del destino para los agentes han provocado una estampida con cada movimiento interno en el Cuerpo Nacional de Policía. Como consecuencia, los responsables policiales se ven obligados a implementar soluciones improvisadas para intentar mitigar una situación que describen como un buque a la deriva, según el SUP.
El sindicato también critica la necesidad de recurrir a plantillas policiales cercanas para sacar adelante la OPE, lo que genera un menoscabo en la seguridad y salud de los funcionarios y reduce la calidad del servicio en las plantillas de origen. Aumentar el número de agentes en prácticas no constituye una solución adecuada para los problemas de una zona tan compleja como el Campo de Gibraltar.
Finalmente, el sindicato considera injustas las condiciones laborales y de seguridad bajo las que operan los agentes, y por ello ha formalizado su denuncia pública, solicitando medidas concretas y eficaces para mejorar la situación en futuras operaciones.
