El drama de la inmigración se ha cobrado la vida en las costas de Ceuta de una decena de jóvenes en lo que va de año. A falta de estadísticas precisas, el número de cadáveres recuperados durante todo el año pasado en el litoral ceutí, según las informaciones periodísticas publicadas y confirmadas por las autoridades, alcanzó los 16 durante todo el año pasado. La cifra es, con todo, incierta. Pro-Derechos Humanos Andalucía (APDHA) mantenía en febrero que el número de cuerpos sin vida que el mar devolvió a las playas del municipio se recuperaron en sus aguas llegó, en realidad, a la veintena el pasado año.
Sea como fuere, las muertes entre los jóvenes marroquíes que tratan cada año de ganar la costa española a nado son algo más que un incidente aislado. La primera de las tragedias acaecidas este año –historias de vida que para las instituciones siguen sin ser merecedoras de gestos de condolencia y repudio - se registró en aguas de El Sarchal. El cadáver de un hombre, probablemente abandonado a su suerte en el mar durante varios días, era rescatado por la Guardia Civil a unos 500 metros de la costa. Los agentes describieron el cuerpo como «extremadamente descompuesto y prácticamente irreconocible».
El último episodio del drama se escribía ayer domingo en la playa de El Chorrillo, donde los socorristas descubrían el cuerpo sin vida de un veinteañero ataviado con un traje de neopreno y provisto de unos manguitos hinchables. Fuente Caballos, El Recinto, Benzú, La Ribera, Calamocarro y el interior del puerto han sido los escenarios de un suceso una decena de veces repetidos en condiciones prácticamente idénticas.
Las estadísticas oficiales no reflejan los centenares de intentos de alcanzar la costa ceutí que cada año se registran en las aguas del municipio protagonizados por jóvenes del otro lado de la frontera. Según los datos del Ministerio del Interior, en lo que va de año tan solo se han registrado 13 entradas irregulares en la ciudad por vía marítima. El resto, hasta sumar 1.167, se corresponden con accesos clandestinos a la ciudad por tierra.
