Y fueron llegando aquel verano fichajes de tronío como Miguel Angel, un delantero que estaba cedido por el Atletico de Madrid. Y Enrique Alés hombre polémico donde los haya se “inventó” una posición para Manuel Fernandez Cortés “Lolo” y era la misión de moverse por todo el campo, hasta donde fuera el balón.
Lolo era un derroche de facultades físicas, garra y pundonor y con el once a la espalda era la misión de falso extremo que desconcertaba al equipo contrario a sabiendas de que Lolo se movía por todo el campo.
Esta entrada de una historia de los tiempos pasados del fútbol ceutí, la pongo a ejemplo antes de meterme en cuestiones del terreno de juego, en cómo la Federación se olvidó este fin de semana de revisar las torres de iluminación del Murube y estaban algunos focos fundidos o tuertos, y más de uno en el campo pensaba que le había entrado algo, que ya no veía bien y le preguntaba al que tenía sentado al lado si estaba más oscuro el terreno de juego o era la vista que le había dado un yuyu.
El toque de balón del San Juan ha sido de lo más exquisito que ha pasado hasta ahora esta temporada por el Murube, trenzando jugadas de tiralíneas hasta llegar al área del Ceuta, pero que se fueron diluyendo poco a poco y los jugadores sanjuaneros se perdían mirando al banquillo en discusiones de jugadas que iban perdiendo sobre el terreno de juego.
El árbitro al estilo de una final de Champions a punto estuvo de sacarle la segunda amarilla al lateral zurdo Chavero que cortó una jugada de ataque del cuadro caballa y si ya había recibido una cartulina el lateral por perder tiempo en un saque de banda, el míster Juan Carlos Menudo pensaría que el defensor se había mareado en demasía en la travesía del Estrecho.
Las ideas, en el conjunto caballa ya llevamos tres empates consecutivos en el Murube, el DJ Poyito por fin pudo poner la música a tope para celebrar con los aficionados el testarazo del ariete Corbacho y mientras el meta Tomás lo pontificaban sus intervenciones que salvaban en aquellos minutos de una goleada de escándalo.
El Ceuta no terminaba de dar la puntilla al encuentro y en esas que me vino a la cabeza, el invento de Enrique Alés que era poner al Lolo de turno e inventarse un tío que se preocupase de ir donde iba el balón. Al final se notó en demasía el doble pivote defensivo formado por Ernesto y Borja Gil y la salida del campo de Migue, para en una jugada donde el delantero estaba esperando el empujón, se pitó penalti al borde del final del encuentro.
Estamos invictos, la semana próxima vamos a Córdoba pero se nos han escapado seis puntos consecutivos en casa y que esperemos no nos acordemos de ellos al final de la Liga.
Y la nota discordante del míster sanjuanero pensando en el presupuesto del Ceuta, de las fatigas y los mareos de sus jugadores, el Estrecho y el mar están para todo el mundo a sabiendas que una vez en temporada han cruzado el charco para venir aquí, mientras la población ceutí tiene que desplazarse a pruebas médicas a Sevilla, Cádiz o Málaga para volver en el día se mueva o no el barco de marras.
Si a fin de cuentas las luces del campo, el toque de balón y las ideas quizá no sean las mías cogiendo primero el barco, luego el autobús o a la inversa, si fútbol, es fútbol.
