María Peláe encandila al público ceutí con su arte y carisma

La artista malagueña, camaleónica y versátil, ofreció un espectáculo inolvidable en Ceuta, donde su potente voz y conexión con el público brillaron

Maria Peláe
photo_camera La versatilidad y carisma de María Peláe conquistan Ceuta (S.I.)

A la niña que “e’ una fiera, te trepa la higuera” y que va descalza “manchá hasta las cejá” le habría encantado estar en el concierto que María Peláe ofreció la pasada noche en el auditorio de la Marina.

Maria Peláe

La cantautora malagueña, nacida en 1990 y con más de 15 años de carrera musical, pisó con fuerza el escenario ceutí, donde un público entregado coreó sus canciones y se dejó llevar por la fantasía de esta potente artista que sabe muy bien lo que hace: cantar y actuar a la vez. Porque Peláe interpreta sus canciones y hace que su público las viva.

Maria Peláe

La música de la malagueña puede gustar o no, pero lo que es indudable es que María Peláe es un espectáculo en sí misma y que tiene tablas para aburrir. Es capaz de meterse en el bolsillo al público con el arte que atesora y con su portentosa voz.

Lo que hace más especial a esta artista es su capacidad de hilvanar el repertorio con vivencias, para que entre tema y tema no se haga el silencio en el recinto.

Maria Peláe

Mientras calentaba motores e hilaba un tema con otro, María fue contando su historia, como cuando dejó su Málaga natal para llegar a Madrid y descubrir que “existía la gente moderna”. Una gente que tiene problemas muy grandes. Uno es que se resfrían por los tobillos y por eso siempre llevan pinkis, y dos, que son personas que no desayunan, hacen el brunch. Para evadirse de ellos, porque María no se quería levantar a las seis de la mañana para tomar su “tostá con tomate” cuando a las doce había que comer “huevos benedictine”, usaba la técnica de sus amigos “que fumaban unos porrillos y en mi cabeza solo escuchaba grillos”. Y así, “cuando me hablas escucho grillos. Y escucho: ‘cri, cri, cri’. Y escucho: ‘cri, cri, cri’. Que no me entero, vida mía, no me entero. Dime tú si te camelo y se me va este sofocón”.

Maria Peláe

Un sofocón que se quita esta mujer “más antigua que un mueble-bar” y que en su primera vez, para todo, en Ceuta, dijo sentirse muy feliz “de que estéis aquí y viendo noches como esta, bendita sea la noche, en la que los sueños se hacen realidad” porque “por soñar, soñar, soñé que yo te besaba. ¡Ay!, por soñar, soñar, soñé que tú me querías. Esta historia la inventé para imaginarme un desayuno para dos”.

Maria Peláe
Maria Peláe

Versátil y camaleónica, María Peláe tocó la tecla de su público, con el que conectó y al que hizo disfrutar en una noche en la que la niña que dice que “no se pué ser buena” lo fue, y mucho.