Olas de hasta 5 metros y rachas de viento de más de 80 kilómetros han obligado al Passió per Formentera a suspender sus rotaciones como hicieran el resto de navieras desde media mañana cuando el levante ha comenzado a soplar con fuerza. Los pasajeros que han viajado en el buque definen la travesía como "un infierno de una hora y 40 minutos". Tal ha sido el movimiento del barco que hasta se han producido episodios de histeria.
Balearia ha sido la última naviera en cancelar sus salidas desde ambos lados del Estrecho como mínimo hasta mañana aunque las previsiones mantienen la alerta amarilla activa también para el lunes. Con esta suspensión la ciudad queda incomunicada por mar durante las próximas horas.