El abandono de Hadú: suciedad, okupas y un mercado que resiste a duras penas

Hadú, una de las barriadas más antiguas y emblemáticas de Ceuta, ha sido durante décadas un núcleo vital para la ciudad. Sus calles, mercados y plazas han sido testigos de la vida cotidiana de generaciones de ceutíes que hoy ven con preocupación el deterioro de la populosa barriada. Las promesas incumplidas tampoco ayudan. Los vecinos siguen esperando novedades sobre la anunciada rehabilitación integral de Teniente Coronel Gautier mientras siguen enfrentándose en su día a día a problemas que tienen que ver con la suciedad, la presencia de ocupas, la falta de aparcamiento o el aspecto desolador de un mercado que lucha por su supervivencia

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El día a día en Hadú se ha convertido en un reto para vecinos y visitantes, el deterioro del acerado y el pavimento dificulta el tránsito de vehículos y peatones, especialmente de estos últimos que han tenido que acostumbrarse a que los resbalones sean susto habitual debido a las losetas resbaladizas que forman parte del acerado, muy similares a las que ahora se están retirando del centro de la ciudad. Un problema que es más que evidente, por ejemplo, en la calle Teniente Coronel Gautier, una de las principales arterias del barrio, cuya rehabilitación era una de las promesas clave del proyecto anunciado por el consejero de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos, Alejandro Ramírez, el pasado 14 de mayo. Un proyecto del que, como les contábamos el pasado lunes, los vecinos siguen sin noticias, y que suma estas deficiencias a otras muchas que sufre la barriada.

Hamido Abselam 'Frugui', presidente de la Asociación de Vecinos de San José/Hadú, es una figura central en la lucha, precisamente, por mejorar las condiciones del barrio. “Estoy todos los días encima de los capataces de alumbrado y de la empresa de limpieza”, explica, es por eso que el barrio está “mejor”, porque él insiste e insiste, no la administración, y contacta con ellos. Un compromiso que no es solo un acto de responsabilidad, sino una necesidad urgente en una barriada que, como sucede en otras muchas del extrarradio, sufre el abandono de la Ciudad. Este esfuerzo, reconoce, es agotador y se siente cada vez más solo en su lucha. "Aunque tengo una Junta Directiva, estoy solo, nadie quiere tomar el relevo", lamenta, y no es de extrañar, pues los problemas a los que se enfrenta Hadú van más allá.

Okupas y suciedad en el antiguo Club de Petanca

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La barriada cuenta con rincones que son auténticos vertederos

Así, uno de los más preocupantes es el que tiene que ver con la situación del antiguo Club de Petanca 'José Zurrón'. Este espacio, que en su día fue un lugar de encuentro y actividad para los vecinos, ha sido ocupado ilegalmente por personas sin hogar, convirtiéndose en un foco de inseguridad y suciedad. “Se ha convertido en un nido de gente que va a drogarse”, señala Frugui, quien describe la zona como un vertedero a cielo abierto. El estado de la zona es, a simple vista, deplorable. “Mantas, enseres viejos, papel higiénico -usado-, ratas...” forman parte del paisaje diario, tal y como explica el presidente de la barriada, sin que nadie haga nada para poner fin a una situación que acaba afectando al día de los vecinos, especialmente de aquellos que residen en las inmediaciones del antiguo club.

Un mercado en declive que sobrevive a duras penas

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Mercado de San José

Hay otra evidencia del abandono de Hadú en lo que a infraestructuras se refiere, lo que un día fue el orgullo de la barriada hoy languidece: el Mercado. “De los dos pasillos, uno está vacío y hace unos años era imposible entrar al mediodía, y solo funciona un lateral. Hemos pedido que se construyera el mercado en la antigua Iguana -frente a la Comandancia de la Guardia Civil y al lado de la residencia del comandante general- y nada. Hemos pedido, también, que se habiliten aparcamientos para los vecinos y comerciantes, pero de momento, nada”, asegura Frugui mientras el mercado, en efecto, presenta un aspecto casi fantasmal.

De los problemas de aparcamiento, mejor ni hablar. “La gente aparca donde puede”, recuerda, y “es cierto que si yo llamo a la Policía, me gano cuatro enemigos al día, que son veintitantos por semana”, señala, insistiendo una vez más en su cansancio después de décadas al frente de la Asociación de Vecinos.

Un cansancio al que contribuye también el hecho de tener que reclamar que se cumplan las promesas hechas a los vecinos, entre ellas la de la rehabilitación integral de la zona, mientras la degradación del barrio avanza. Hadú, que en el pasado fue un vibrante centro de la vida ceutí, se deteriora ante la indiferencia de quienes deberían protegerlo.