La Plaza de África comenzaba a engalanarse esta mañana para celebrar el Día de Ceuta. Un mosaico de 2.200 flores blancas y negras, tejidas para conformar la bandera y el escudo de la ciudad, preside desde mediodía el acceso a la plaza. Claveles, crisantemos, panículas, rosas, tanacetum, achileas, hortensias, achileas, lentiscos, eucaliptos, delphium y aster son las herramientas elegidas para la decoración floral.
Muy temprano, el maestro Alberto González se afanaba, junto al espacio donde se trabajaba en la confección del mosaico, en labrar una escultura conmemorativa sobre un tronco. González, un artista especializado en el tallado con motosierra, es un profesional con una amplia experiencia en trabajos similares en distintos lugares del país y el extranjero. Residente en Tenerife, el escultor ha viajado expresamente para cumplir con el encargo que le ha sido encomendado: una imagen alusiva de la ciudad formada por cuatro caballas que sostienen el escudo de Ceuta.
«Este caso resulta bastante complicado, porque una equivocación en una de las figuras de las caballas puede afectar a las otras, pues lo suyo es que quede simétrico para estar bonito –explica González- Con la motosierra se hará rápido: si utilizáramos herramientas manuales estaríamos aquí un mes dando vueltas».
La escultura que saldrá de la motosierra de González permanecerá a la vista de los ceutíes durante esta jornada de conmemoraciones. La decoración floral tendrá una vida más efímera. Las flores serán repartidas entre los asistentes al acto institucional que acogerá el Teatro Revellín, durante el que se hará entrega de las Medallas de la Autonomía.
