El mandatario de los promotores recuerda que después de la primera aprobación del documento, en agosto de 2014, pidieron a la administración una revocación del acuerdo plenario, “no se hizo, continuaron los trabajos por parte de los técnicos municipales y eso es lo que ha provocado que ahora se haya aprobado de nuevo inicialmente incluyendo las alegaciones que durante todo este tiempo se han presentado”.
El representante de los promotores, tras dar cuenta de los pasos que el documento aún tiene que seguir; aprobación provisional y, posteriormente, definitiva por parte del Estado, se muestra preocupado porque una vez que concluya el período de alegaciones, de dos meses, abierto tras la aprobación inicial “se tenga que prorrogar, al haber pasado dos años, durante un nuevo período la suspensión de licencias”.
Este punto no está claro, ya que la legislación vigente contempla dos cuestiones con claridad. La primera de ellas es que tras la aprobación inicial hay que abrir un período de dos meses de exposición pública del documento para que los ciudadanos puedan presentar alegaciones al nuevo documento y segundo, que el tiempo máximo que permite la Ley es de dos años para la suspensión de concesión de licencias.
Pero las dudas vuelven a surgir. Una de ellas es si pasado los dos años, que se cumplen en este caso el 7 de agosto de 2016, un promotor desea solicitar una licencia a qué plan debería acogerse. Al de 1992 o al nuevo documento de 2014. En este sentido, Muñiz explica que aunque existe una restricción en la concesión de licencias, “existe un régimen que permite que se pueden conceder licencias que se acojan tanto al plan viejo como al nuevo”.
Este apartado ya fue explicado a Ceuta Actualidad por parte del director del PGOUCE, Javier Arnaiz. De hecho han sido entre cuatro o cinco las concedidas en los dos últimos años. Todas con coincidencias en ambos planes urbanísticos.
Tras explicar todo lo relativo al problema de la no concesión de licencias, el presidente deja claro que se nota que “no ha existido ningún tipo de actividad constructora en la ciudad”. Lo único que se ha hecho, precisa, es “lo que estaba en marcha y que contaba con licencia con fecha anterior” “Todo se ha paralizado y los promotores estamos esperando a que se aprueba el nuevo Plan General de Ordenación Urbana”.
Muñiz no cuantifica las pérdidas ocasionadas por la paralización, “ya que no desconozco los proyectos que están guardados en los cajones y los que están en los despachos de los arquitectos pendientes de presentación”. Pese a ello, el representante de los promotores precisa que son muchos los trabajadores que se ven afectados; arquitectos, empresas de construcción y todos que directamente e indirectamente viven de la construcción en la ciudad.
A pesar de la situación, José Luis Muñoz afirma que el “sector está con mejores perspectivas que hace dos años”. Explica que en la actualidad está empezando a moverse el mercado, haciendo especial hincapié en el mercado de segunda mano, “que es el que moviliza el de la vivienda nueva, ya son muchas las personas que ponen en venta su vivienda para adquirir una nueva”.
El mercado de la vivienda no ha desaparecido, ya que existen unidades familiares que se crean, otras que crecen y necesitan viviendas. ·Ese mercado está ahí, lo que sucede es que el mercado estaba retenido por la incertidumbre del comprador, que se preguntaba si estaría comprando bien o mal”. Esa duda en el inversor y comprador ha desaparecido, asegura Muñiz.
Ceuta, a juicio del presidente, está necesitada tanto de viviendas de renta libre, de protección y viviendas sociales, algo que se espera pueda contemplarse en el documento definitivo.
El nuevo PGOU, al entender del presidente de los promotores, persigue “consolidar el suelo urbano actualmente clasificado, algo que se está haciendo en todas partes”. Este apartado es suma importancia en Ceuta, dice Muñiz, ya que “en el mismo centro de la ciudad existe bolsas de suelo que no están desarrolladas o que están mal desarrolladas”. Lo razonable, agrega, “es que esas zonas se promuevan, más que irse a la periferia para buscar nuevos desarrollos”.
Para el nuevo Plan se ha usado un concepto “posibilista”, ya que “había que hacer un documento rápido sin planear “un gran rediseño de la ciudad”, manifiesta Muñiz.
Los promotores, detalla, “hemos presentado alegaciones al primer documento” y volverán a presentar otras en este período que se acaba de abrir ahora.
Es un documento, entiende Muñiz, “razonable para los objetivos que se pretendían”, además de que el anterior era de 1992. “Es un documento posibilita que va a resolver los problemas del sector”, asegura.
Entendiendo que es un asunto netamente político, el presidente opina que cuanto más suelo haya que ceder más se encarece el precio final de la vivienda. Esta respuesta pone un poco de luz a la petición hecha por algunos partidos de la oposición que solicitaban en el pleno de aprobación inicial que la Ciudad tenía que llegar al máximo permitido por Ley en lo que se refiere a las cesiones obligatorias de suelo a la Ciudad por parte de los promotores.
