“El hundimiento del Guadalete, morir en el mar” es el título de la conferencia que ofreció ayer en el Casino Militar el comandante de infantería Ignacio Mollá , hijo de quien fue comandante del dragaminas hasta veinte días antes de su hundimiento.
Según explicó el ponente, la salida a la mar del dragaminas “Guadalete” desveló pronto que su escaso calado y su excesivo tonelaje no lo hacían apropiado para su uso como dragaminas, de modo que fue destinado al patrullaje del Estrecho y los peñones de Vélez, Alborán y Chafarinas hasta Melilla.
Al anochecer del 24 de marzo de 1954, el dragaminas “Guadalete” zarpaba de Ceuta para una vigilancia rutinaria que debería conducirle hasta Melilla. A las seis de la tarde del día siguiente se hundía zarandeado por un fortísimo levante. De un total de 78 hombres, 34 murieron o desaparecieron en el Estrecho.