Nadie puede poner en duda la huida de una parte muy importante del electorado popular hacia otras formaciones políticas en los últimos años consecuencia directa no solo de los múltiples casos de corrupción política descubiertos, sino también por haber dejado en el camino nuestros principios ideológicos, favoreciendo con ello la búsqueda de los mismos en otras opciones que no son PP. Pero quienes se fueron a buscar al PP fuera del PP no lo han encontrado, y no lo van a encontrar.
Hagámonos una sencilla pregunta ¿cambiar nuestro voto ha traído al país más estabilidad y seguridad o menos? La respuesta es más que evidente si tenemos en cuenta la reacción del Gobierno central a los desafíos independentistas o los pactos secretos de Pedro Sánchez con populistas, republicanos, secesionistas y amigos de terroristas para mantener su sillón presidencial. Pues bien, la Convención popular ha dado respuesta a quienes habían perdido la esperanza en el PP, a quienes habían dado un paso atrás alineándose con otras opciones políticas que no son PP.
Y no lo escribo de oídas, lo escribo porque tuve la oportunidad de vivirlo en directo, en el plenario de IFEMA, gracias a la invitación cursada por Génova, y por ello puedo afirmar, sin ninguna duda, que acerté plenamente cuando decidí apoyar, desde el primer momento, la candidatura de Pablo Casado frente a quienes apoyaban otras candidaturas. La ilusión que experimenté en aquellos momentos se ha multiplicado exponencialmente tras presenciar el rearme ideológico de mi partido, el partido de todo el centro derecha español. No obstante, aún queda mucho trabajo por hacer, mucho camino por recorrer.