Opinión

Un Príncipe mejor para todos sus vecinos

El autor reclama la intervención de las autoridades públicas para dar solución a los problemas de la barriada

Barriada Príncipe Alfonso (C.A./ARCHIVO)
photo_camera Barriada Príncipe Alfonso (C.A./ARCHIVO)

Este enclave marcado por la pobreza, la marginalidad y la falta de oportunidades, sus habitantes, especialmente los jóvenes, se enfrentan a un futuro incierto, sin poder acceder a una educación y un empleo dignos. Los problemas que enfrenta este barrio, como lo es la pobreza, es significativamente la más alta de Ceuta. Muchos de sus vecinos están viviendo en condiciones precarias sin acceso a servicios básicos como el agua potable, saneamiento o electricidad.

La marginación del mismo hace que esté aislado del resto de la Ciudad, tanto física como socialmente, este abandono por parte de las autoridades locales genera frustración y resentimiento, la falta de oportunidades para los jóvenes de poder encontrar un trabajo digno, lo convierten en la tasa de desempleo más alta de Ceuta y muchos de ellos se ven abocados a la delincuencia o a la drogadicción.

Los dirigentes tienen la responsabilidad de abordar los problemas de esta barriada, además de crear un futuro mejor para sus habitantes, invirtiendo en educación y servicios sociales para que estas personas tengan las mismas oportunidades que el resto de los ceutíes, es justo decir que la sociedad como tal tiene también la responsabilidad de ayudar a estas personas, mostrando respeto y comprensión hacia las mismas. Si no lo remediamos el futuro para esta barriada será incierto, el presente lo es.

Hay medidas urgentes que hay que tomar para mejorar esta situación y son la inversión en educación de los más jóvenes, teniendo en cuenta que el absentismo escolar es muy grave en la zona, esto permitirá desarrollar las habilidades y los conocimientos que se necesitan para poder optar a un trabajo digno, crear oportunidades de empleo, mejorar el acceso a los servicios sociales, como la atención médica, vivienda y asesoramiento, creación de programas para combatir la delincuencia y apoyo a las victimas de la misma, promover la integración social, lo cual se podría lograr mediante programas de intercambio cultural y la promoción del respeto a la diversidad.

Lamentablemente, la percepción de que el Príncipe es un barrio olvidado es algo que comparten sus propios residentes, refleja la falta de atención continua a las necesidades y problemas, más allá de las promesas electorales, se necesita de un compromiso genuino a largo plazo por parte de los que gobiernan para poder abordar la exclusión social que sufre este enclave desde décadas. Un rayo esperanzador es que los propios vecinos no se han resignado a su situación, han formado asociaciones vecinales y grupos de activismo que trabajan para mejorar sus condiciones de vida y exigir a las autoridades competentes que asuman sus responsabilidades.

Sin embargo, el cambio requiere más que el esfuerzo de sus propios vecinos. Se necesita un cambio de mentalidad por parte de la sociedad ceutí en general, que deje de ver a El Príncipe como un problema y comience a verlo como una comunidad con potencial que es. Solo a través de un enfoque integral y colaborativo que involucre a las autoridades, organizaciones sociales y a los propios residentes, se podría lograr un cambio duradero. Juntos, lo podremos convertir en un barrio ejemplar, un llamado a la acción colectiva, el éxito de esta transformación dependerá del trabajo conjunto de todos los actores involucrados.

     “Es hora de unir fuerzas y construir un Príncipe mejor para todos”