Opinión

Creación de cultura policial y leyes claras

"Nuestra policía se enfrenta a situaciones muy complejas y dinámicas en las que deben tomar decisiones rápidas y precisas"
Policías custodian el acceso al interior de la nave (POLICÍA NACIONAL)

La construcción de la cultura policial debe ser sólida y fundamental para garantizar la seguridad pública y confianza en las instituciones. Esta tendría que basarse primero en la protección de los agentes, la claridad legal y el respeto de los derechos humanos.

Elementos clave de una cultura policial positiva, pasan porque estos profesionales tienen que sentirse protegidos por la ley y por sus superiores, esto incluye salarios justos, jornadas laborables que respeten la conciliación de la vida familiar, acceso a beneficios como un seguro médico privado y una jubilación digna, armas, vehículos y tecnología moderna para realizar su trabajo de manera segura y efectiva, formación continua sobre técnicas policiales y resolución de conflictos.

Leyes claras y precisas que definan bien sus responsabilidades, poderes y limitaciones; esto les ayudaría a tomar decisiones correctas y evitar abusos de autoridad, respetar los derechos humanos actuando con profesionalidad, ética y respeto a la dignidad de las personas. La pregunta que podríamos hacernos es respecto a los beneficios que aportaría una cultura policial positiva.

Los agentes estarían motivados y bien preparados siendo más efectivos para combatir el crimen y proteger a la ciudadanía, existiría menos abuso de autoridad y en definitiva esta cultura ayudaría a mejorar la relación entre policía y comunidad, facilitando la lucha contra el crimen.

Las estrategias que se deben crear son el liderazgo efectivo por parte de los superiores, que tienen que ser líderes ejemplares que promuevan una cultura de respeto, profesionalismo y ética, una selección y formación rigurosas basándose en criterios de mérito y aptitud. La formación inicial y continua debe ser alta y de calidad, debiendo incluir temas como los ya mencionados anteriormente, los derechos humanos, resolución de conflictos y ética profesional. Para que estas estrategias sean exitosas, debe existir un sistema claro de rendición de cuentas para garantizar que estos profesionales sean responsables de sus acciones.

Un punto muy importante para estos agentes en el cual se deberían tomar medidas urgentes, es el uso de la fuerza, donde la mayoría de las veces se abren líneas de investigación para ver si estos profesionales han actuado de forma correcta, todo esto sucede porque los protocolos de actuación no son nada claros, por ello aconsejaría utilizar tecnología para supervisar la actuación mediante cámaras corporales que ayudarían a documentar las interacciones entre policía y los ciudadanos.

Nuestra policía se enfrenta a situaciones muy complejas y dinámicas en las que deben tomar decisiones rápidas y precisas. Sin leyes claras que definan sus competencias y el alcance de sus actuaciones, se exponen a un mayor riesgo de cometer errores o de ser cuestionados por sus actuaciones. El impacto moral y la incertidumbre creados por la falta de esta claridad legal hacen que estos agentes no se sientan seguros de poder realizar su trabajo de forma segura, correcta y legal.

Este panorama es un problema muy complejo que tiene un impacto negativo en el trabajo de estos profesionales, es necesario abordarlo de manera integral, mediante la revisión y actualización de las leyes actuales. La Ley Orgánica de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad necesita una adaptación a la realidad social y tecnológica, entre las que se encuentran la redefinición del modelo actual policial basado en la proximidad, prevención y colaboración con la comunidad, un proceso de selección más riguroso que garantice la idoneidad de los candidatos. La reforma debe basarse en el diálogo abierto y participativo entre todos los sectores implicados, incluyendo la seguridad privada, los representantes de la sociedad civil y los expertos en seguridad.