No hemos encontrado nada que haga pensar que el atacante tuviera que ver algo con Estado Islámico", ha asegurado el responsable de la policía de Múnich, Hubertus Andrä, en una rueda de prensa que ha permitido seguir despejando incógnitas sobre las motivaciones que llevaron a un joven alemán-iraní de 18 años a perpetrar la masacre del viernes en un centro comercial de Múnich, que le ha costado la vida a nueve personas, ocho de ellas de edades comprendidas entre los 14 y los 21 años.
Tras registrar la vivienda del atacante, la policía no ha hallado nada que le vincule con el terrorismo yihadista y ha apuntado a un “acto de locura” como posible causa del tiroteo, sin descartar la “posible” influencia de la matanza de Anders Breivik, el noruego que hace justo cinco años asesinó a 77 personas en Oslo y en la isla de Utøya. "Cuando alguien se interesa de forma tan intensa por ataques masivos y de locura seguro que Breivik también ha desempeñado un papel", reconoció Andrä.