Decálogo para combatir los riesgos que entraña para la salud la exposición al calor

Durante el verano de 2023, el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) identificó 3.009 defunciones atribuibles al exceso de temperatura a nivel nacional

El Ministerio de Sanidad alerta de los riesgos que conlleva para la salud la exposición a temperaturas ambientales elevadas. El calor excesivo puede alterar las funciones vitales si el cuerpo humano no es capaz de compensar las variaciones de la temperatura corporal. Una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los distintos órganos. En algunas personas con determinadas enfermedades crónicas, sometidas a ciertos tratamientos médicos y con discapacidades que limitan su autonomía, estos mecanismos de termorregulación pueden verse descompensados más fácilmente.

Desde un enfoque biológico, la exposición a temperaturas excesivas puede provocar problemas de salud como calambres, deshidratación, insolación o golpe de calor (el cual cursa con problemas multiorgánicos que pueden incluir síntomas tales como inestabilidad en la marcha, convulsiones, coma e incluso la muerte). Durante el verano de 2023, el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, identificó 3.009 defunciones atribuibles al exceso de temperatura a nivel nacional, siendo el tercer verano con mayor cifra de excesos de la serie 2015- 2023.

Durante ese mismo año, las autoridades sanitarias autonómicas notificaron al Ministerio de Sanidad 24 fallecimientos por golpe de calor, con una media de edad de 53 años y una distribución por sexo del 87,5% en hombres y 12,5% en mujeres. Por ello, desde el Ministerio de Sanidad se insiste en un decálogo de recomendaciones generales, con el objetivo de minimizar los daños que las personas pueden sufrir a consecuencia del calor, como son: 1. Beber agua o líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice.

2. Evitar las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.

3. Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor, prestar especial atención a bebés, menores, mujeres embarazadas o lactantes, así como personas mayores o con enfermedades que puedan agravarse con el calor (como las enfermedades cardíacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, demencia y otras enfermedades mentales, así como el abuso de drogas o alcohol).

4. Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que lo necesite.

5. Procurar reducir la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas centrales del día.

6. Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.

7. Nunca dejar a una persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente a personas menores de edad, mayores o con enfermedades crónicas).

8. Consultar a un profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.

9. Mantener las medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar composición y sus efectos.

10. Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.).

Cabe destacar que el impacto de la exposición al calor excesivo está influido por el envejecimiento fisiológico y las enfermedades subyacentes del propio individuo. Normalmente, un individuo sano tolera una variación de su temperatura interna de hasta aproximadamente 37 grados centígrados sin que sus condiciones físicas y mentales se alteren de forma importante.

A partir de 37 grados, se produce una reacción fisiológica de defensa. Sin embargo, se ha de tener en cuenta que las personas mayores y los menores son más sensibles a estos cambios de temperatura.

Además, desde un punto de vista social, el aislamiento, la dependencia, algunos tipos de discapacidad, así como las condiciones de habitabilidad de las personas con menos recursos, añaden factores de riesgo que hacen aún más vulnerables a estos colectivos.

Los factores de riesgo asociados con la exposición a altas temperaturas que se consideran en este Plan Nacional pueden ser de naturaleza personal, ambiental, laboral o social y local.

 Plan de Actuaciones

El Plan establece las medidas para reducir los efectos asociados a las temperaturas excesivas y para coordinar las instituciones de la Administración del Estado implicadas. Asimismo, propone acciones que puedan ser realizadas por las comunidades autónomas y las administraciones locales en función de los niveles de riesgo asignadas en base a las temperaturas previstas.

Diariamente, en la página web se provee un mapa con información sobre los niveles de riesgo para la salud por altas temperaturas en cada una de las 182 zonas de meteosalud. Además, se pone a disposición de la ciudadanía un Servicio de Suscripción de Temperaturas y Niveles de riesgo por zonas de meteosalud, que ofrece la posibilidad de recibir información sobre la temperatura prevista, así como el nivel de riesgo para la salud por temperatura excesiva, de forma gratuita por correo electrónico y/o SMS, durante el intervalo de tiempo solicitado.

Mapa de niveles de riesgo para la salud por zonas meteosalud que cuenta, además, con un sistema de suscripción gratuito por mail y SMS: https://www.sanidad.gob.es/excesoTemperaturas2024/meteosalud.do

Plan Nacional de Actuaciones Preventivas por Altas Temperaturas. Su objetivo es reducir el impacto sobre la salud de la población como consecuencia del exceso de temperatura. Toda la información sobre el Plan Nacional puede consultarse en: https://www.sanidad.gob.es/areas/sanidadAmbiental/riesgosAmbientales/temper aturasExtremas/planAltasTemperaturas/home.htm