Ceuta y Melilla, a la cabeza en el consumo de bebidas energéticas

Crecimiento de bebidas energizantes mantendrá su crecimiento a doble dígito en los próximos dos años (Foto Pixabay)

El consumo de bebidas energéticas ha aumentado en los últimos años, con Ceuta y Melilla a la cabeza. Las autoridades de varias comunidades buscan frenar esta tendencia, especialmente entre los menores

El consumo de bebidas energéticas en España ha vuelto a ser un tema de debate debido al aumento de su consumo entre menores. Estas bebidas contienen una cantidad de cafeína equivalente a dos tazas de café expreso. Reducir su consumo se ha convertido en una prioridad para muchas comunidades autónomas. Ministerios como el de Juventud e Infancia han subrayado la necesidad de implementar medidas para reducir este consumo. Ceuta es una de las comunidades con mayor consumo.

En Melilla, casi la mitad de la población consume este tipo de bebidas, seguida de Ceuta, donde uno de cada tres habitantes las consume. En contraste, Asturias, País Vasco y Castilla y León tienen una baja prevalencia de consumo.

El Ministerio de Sanidad ha revelado datos recientes que muestran un aumento constante en el consumo de bebidas energéticas, especialmente entre los jóvenes. Este consumo está asociado con el consumo de alcohol, lo que agrava problemas como el policonsumo. Los hombres jóvenes son los principales consumidores, especialmente en el grupo de edad de 15 a 24 años. También hay un consumo significativo en el grupo de 25 a 34 años, aunque disminuye en edades mayores.

El consumo de bebidas energéticas no solo preocupa por sí mismo, sino también por su combinación con alcohol. Esta práctica es más común entre los jóvenes y está asociada con un mayor consumo de otras sustancias psicoactivas, como tabaco y cannabis. Además, quienes mezclan bebidas energéticas con alcohol tienden a consumir más sustancias en general.

El consumo de bebidas energéticas ha aumentado con los años. En 2015, la prevalencia era menor que en 2022. La combinación de estas bebidas con alcohol también ha mostrado un incremento similar.

En resumen, el consumo de bebidas energéticas, especialmente cuando se mezcla con alcohol, está vinculado a un mayor uso de otras sustancias psicoactivas, lo que representa un desafío significativo para la salud pública.