Por una “sociedad más justa e igualitaria” reza el lema que ha unido a más de 170 países en torno a la reivindicación del 8 de marzo, después de aquel día de 1857 en el que un grupo de obreras textiles tomase la iniciativa para protestar por sus míseras condiciones laborales. Medio siglo después, en marzo de 1908, Nueva York volvió a protagonizar una jornada que tiñó de violeta para siempre esta reivindicación: 129 empleadas de la fábrica Sirtwoot Cotton fueron encerradas y quemadas por su “patrón” para acallar el reclamo de sus derechos laborales.
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