Sanidad condena a perder 7.000 euros a un hostelero por no tener tapa de contenedor y el agua caliente estropeada

La Riquísima (Archivo)

La consejería de Benzina se une a la persecución de Fomento contra el sector cerrando un bar por infracciones mínimas, habiendo subsanado en un día las deficiencias y poniendo en riesgo una docena de empleos

La Consejería de Sanidad se une a la de Fomento en la persecución contra el sector de la hostelería en Ceuta ordenando el cierre de un establecimiento de la Plaza Azcarate por no contar con tapa en el contenedor de basura y tener estropeada el agua caliente. Además, al día siguiente de la orden de cierre, según su propietario, los problemas estaban subsanados, sin embargo, no ha recibido contestación de la Ciudad. Calcula que si le dejaran volver a abrir el lunes ya habría perdido alrededor de 7.000 euros y teme que la situación forzada por el área de Nabila Benzina ponga en riesgo una docena de empleos, como viene haciendo de forma recurrente la que dirige Alejandro Ramírez, mandando junto a su directora general, Aurora Visiedo, a la Policía Local a contar mesas y sillas de terrazas. 

Según relata el hostelero, un vecino cursó denuncia contra su local por ruido y olores. "No sé cuándo fue la queja pero siempre he cumplido los horarios y el tema del olor es simplemente por los típicos pinchitos. No es una cosa novedosa, llevo aquí veinte años", defiende. 

La semana pasada recibió una inspección y cuando le entregaron el acta se le dijo que tenía cinco días para subsanar los problemas. Básicamente, poner la tapa al cubo de basura y arreglar el agua caliente. "No hablamos de una contaminación alimentaria, son dos cuestiones que tenían fácil arreglo", agrega el afectado. 

Sin embargo, el miércoles recibió la orden de cierre, una medida cautelar de Sanidad que la ciudad defiende en tanto y cuanto las observaciones del inspector no sean corregidas. Esto contrasta con lo expuesto por el hostelero, que dice que desde el jueves todo estaba arreglado y que aunque envió la documentación a Sanidad siguen manteniéndolo cerrado. 

Aunque el lunes le han convocado a una reunión a primera hora de la mañana, calcula el empresario que los cinco días sin actividad le supondrán un perjuicio importante. Estima unos ochocientos euros diarios en sueldos por los doce trabajadores que tiene, más otros 2.500 por caja al día y "toda la comida que se pueda estropear y tenga que tirar". Todo ello hace un total que supera los 7.000 euros. Un golpe duro que "puede hacer peligrar los empleos". 

A pesar de que le hayan convocado para tratar la cuestión, la idea del hostelero es manifestarse frente a la Asamblea a las doce del mediodía de ese mismo lunes. "Me da igual que me lo arreglen, no quiero que esto le vuelva a pasar a otro compañero. Es una chaladura", subraya. 

Es la primera vez que Sanidad entra al juego de la persecución a la hostelería de la Ciudad. Esa bandera había sido llevada con orgullo por la consejería de Fomento de Alejandro Ramírez durante los últimos meses, enviando agentes a contar mesas y sillas de terrazas o prohibiendo barras en fechas navideñas, mientras otras áreas servían alcohol en la calle durante actos de carácter infantil.