El Revellín se despide de las losetas resbaladizas: 18 años de huesos rotos

Obras en el Revellín para el cambio de las losetas resbaladizas

El Revellín se despide de sus losetas verdes, poniendo fin a 18 años de problemas y huesos rotos. Un cambio que terminará costando más de un millón y medio de euros, con todas las intervenciones que se han realizado a lo largo de los años y numerosas caídas

Después de 18 años de caídas, huesos rotos, condenas e indemnizaciones, el Revellín finalmente se despide de sus losetas resbaladizas. La obra comenzó el lunes 3 de junio, poniendo fin a una decisión que el Gobierno de la Ciudad había estado posponiendo durante casi dos décadas.

Las losetas verdes del Revellín tienen una historia digna de un libro. Pocos pavimentos urbanos han generado tantos titulares. En diciembre de 2014, Emilio Carreira, entonces portavoz del Gobierno, anunciaba que se sustituirían las losetas por granito, una decisión basada en estudios técnicos. Sin embargo, con la llegada de las elecciones, el proyecto quedó en el olvido.

Obras en el Revellín para el cambio de las losetas resbaladizas

En marzo de 2015, se optó por otro sistema, el desbastado de losetas, que más tarde se reconoció como un error. En 2017, el Ejecutivo no estaba a favor del cambio debido al alto costo que suponía y decidió 'desbastarlas'. Néstor García, consejero de Fomento de aquel año, aseguró que tras el proceso de desbastado, las losetas ya no resbalarían. Sin embargo, la realidad demostró lo contrario. Ese mismo año, una vez comprobado que el proceso no había tenido efecto, se retomó la idea de la sustitución.

En 2018, se aseguró que las losetas resbaladizas se quitarían cuando finalizase la obra de Gran Vía. Sin embargo, la obra frente a la Asamblea concluyó y las losetas de serpentín verde seguían causando los mismos problemas que desde su instalación en 2006. Para la ejecución de aquel proyecto, el Ejecutivo local se jactaba de haber reducido el costo de la obra de 600.000 a 200.000 euros, cuando ya había pagado alrededor de 400.000 euros en indemnizaciones por las caídas con las losetas verdes. Esta situación llevó a la Ciudad a comprometerse a cambiar las losetas antes de finales de 2018 o enero de 2019.

Pero un año más tarde, en diciembre de 2019, las losas seguían decorando la zona. Por distintos motivos, el Gobierno del presidente Vivas decidió que Tragsa no llevara a cabo la labor de levantamiento y sustitución de este pavimento y anunció una licitación pública.

El presupuesto de la operación se cifró, según el Gobierno local, en unos 231.000 euros y se llevaría a cabo a la conclusión de las obras de la Gran Vía. La Ciudad Autónoma ya había encargado a la sociedad pública la redacción del proyecto de ejecución de "sustitución parcial de pavimento" en todas esas zonas por cerca de 73.000 euros en abril del año pasado.

El intento de 'abujardar' las losetas, a las que después se les aplicaron tratamientos químicos, supuso un gasto de 18.000 euros en granito para reemplazar las partes más peligrosas, pero nunca llegó a colocarse.

Se desbastó el mármol pero no dio resultado

A mediados de diciembre de 2020, la Ciudad adjudicó a ACC, por casi 173.000 euros con impuestos, la retirada de parte de la solería del Paseo del Revellín, Camoens, calle Real y alrededores con un plazo de ejecución de tres meses. Sin embargo, la obra no se inició. Más tarde, en agosto de 2021, se anunció que en septiembre ACC comenzaría a sustituir las losetas resbaladizas del famoso mármol verde de la zona. El 6 de ese mes, ACC, la empresa encargada de dicho trabajo, comenzó la labor de sustitución del pavimento. El proyecto incluía una superficie de actuación superior a 3.000 metros cuadrados y se pasó del verde al naranja, pero la obra se retrasó, llegaron las navidades y la obra se detuvo para retomarse a finales de enero de 2022 cuando se completó el primer tramo. Para el segundo, no había ni fecha ni voluntad para sustituirlas.

En noviembre de 2022, el Gobierno de Ceuta no tenía claro si acometer la segunda fase de sustitución de las losetas resbaladizas. La segunda fase, con un proyecto terminado en su redacción que afectaba a varias calles del centro como Real o Beatriz de Silva, entre otras, contaba con un presupuesto de 800.000 euros y un plazo de ejecución de 6 meses. Sin embargo, la Ciudad debía valorar si esa inversión de 800.000 euros merecía la pena, ya que la zona en cuestión no registraba "tantas incidencias". Pero en enero de 2024, 18 años después, se tomó la decisión de acometer la obra y decir adiós a todas las losetas de serpentín verde y reemplazar los 16.600 metros cuadrados de baldosas.

Las caídas han sido una constantes desde la instalación de las losetas

El lunes 3 de junio comenzaron las obras. La estimación de costes que realizó el arquitecto, basándose en el catálogo de precios de la empresa pública Tragsa, alcanzaba los 809.501 euros. Sin embargo, la oferta de Estructuras del Estrecho ha rebajado considerablemente la expectativa, dejándolo en 708.313 euros.

En resumen, las losetas verdes han costado, al margen del montante de instalación inicial, más de un millón y medio de euros en parches, obras e indemnizaciones, y más de un hueso roto. Un alto precio a pagar por un pavimento que ha causado tantos problemas. Ahora, con la sustitución en marcha, se espera que el Revellín pueda finalmente despedirse de sus resbaladizas losetas verdes.