Ramírez niega pago alguno en contratos al entorno de Navil Rahal fuera de la Ley y desconoce otras cosas

Rahal hablando con Vivas el pasado mes de abril en un Pleno./archivo

 Al tiempo ha defendido que lo que hicieron ambos diputados no puede ser considerado transfuguismo y ha adelantado que el Ejecutivo piensa mantener a Rahal en el Consejo de Administración del Puerto en contra de lo solicitado por el PSOE.

El Gobierno está muy ofendido con la acusación del PSOE de estar detrás de la ruptura en la disciplina de voto por parte de dos diputaos socialistas el pasado miércoles en la propuesta plenaria para cambiar 38,4 millones de euros del Presupuesto de de la Ciudad para este 2024. Tan dolido que llega a confundir una pregunta con una acusación. Su portavoz, Alejandro Ramírez, así lo ha verbalizado al ser cuestionado por el asunto este martes en la habitual rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno. Al tiempo que ha negado que su Consejería o cualquier otra hubiera otorgado contrato alguno al entorno societario del diputado, ya no adscrito, Navil Rahal, que pudiera haberle incentivado a apoyar al Gobierno del PP en esa votación llevando la contrario a la disciplina de voto dictada por su partido, en contra.

“No hay contratos”, ha llegado a afirmar Ramírez, para acabar diciendo que no hay contratos fuera de lo que marca la legalidad, sin saber nada al respecto, pero validando toda la gestión de la contratación que se hace en su Consejería y en el Gobierno. Es decir, si alguna empresa, vinculada con el ex socialista se ha llevado alguna adjudicación habría sido siempre conforme a lo que marca la legalidad: “Cualquier contrato que se realiza en la Consejería se realiza con total transparencia y con todas las garantías y siguiendo lo que marcan los técnicos y la legalidad”, ha apostillado.

La respuesta dejaría, al menos a priori, en mentira la acusación lanzada la pasada semana por el PSOE de Ceuta. Aunque tan importante como el contenido de la respuesta a la pregunta lanzada por este medio en la rueda de prensa es la reacción, o más bien, sobrerreacción, del portavoz y consejero, queriendo ver una “acusación muy grave” en lo que era tan sólo una pregunta que parecía pertinente dada la acusación lanzada por los socialistas tras lo sucedido el pasado miércoles en el Pleno.

A mayores, a Ramírez se le ha preguntado también si alguna persona del PSOE medió en 2022 para que otra empresa con la que podría tener vinculación Rahal fuera beneficiaria del contrato por cuatro años para desplegar los mataderos móviles durante la festividad del Sacrificio. “Lo desconozco” ha sido la respuesta de Ramírez en un tono absolutamente sombrío. No le consta al portavoz que hubiera alguna clase de cosa rara en ese contrato que ascendió al millón y medio de euros.

Según ha podido conocer este medio, nada más salir de la rueda de prensa, tras tener que improvisar respuestas que ha devuelto en forma de acusación a la prensa, el portavoz ha visitado de urgencia la Presidencia de la Ciudad.

Antes de esto, Ramírez, ha negado que tanto Rahal como la otra diputada que rompió la disciplina de voto socialista y que ya también es “no adscrita”, Fidda Mustafa, sean “tránsfugas”, como sostiene el PSOE.

El portavoz gubernamental ha hilado un discurso en donde ha venido a defender la opción elegida por estos dos diputados, contraria a la de su grupo, para cargar contra el PSOE. Pero más allá de lo verbal y opinativo hay otro hecho que también ha defendido Ramírez. El PSOE que ayer purgó de los consejos de administración municipales a sus ya dos ex diputados, ha solicitado también que Rahal deje de ser miembro del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria para sustituirlo por Gonzalo Sanz. El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha negado tal petición. Rahal seguirá siendo miembro del Consejo de Administración del Puerto, uno de los pocos de todo el entramado de entes públicos de la ciudad que está premiado con remuneración económica.

“Como saben es potestad del presidente de la Ciudad el nombramiento de los miembros del Consejo de Administración del Puerto. No es una opción que propongan los grupos parlamentarios a miembros y el presidente no va a realizar ningún tipo de cambio”, ha explicado Ramírez.

El portavoz ha reiterado varias veces la visión del Ejecutivo sobre lo sucedido. Todo es culpa del desaguisado interno de los socialistas. Y no es tan grave la votación en contra del criterio de su partido de Rahal y Mustafa. Más bien, en el Gobierno lo que no ven con buenos ojos es el cambio de criterio de los propios socialistas y de la gestora, que pasaron en días de dar el sí al cambio presupuestario al no, sin dar explicaciones abundantes. En esto último, la falta de explicaciones, Ramírez ha recordado que el portavoz socialista, Sebastián Guerrero, declinó el segundo turno de palabra en la sesión Plenaria.

“Lo primero, en el Gobierno, creemos que la situación tanto de Rahal como de Mustafa no se puede calificar de transfuguismo. No estamos de acuerdo con la acusación que hace el PSOE. NO se han ido a ningún otro partido. No han forzado un cambio de presidente, y tampoco una moción de censura”, ha comenzado su versión de lo ocurrido Ramírez.

“Votaron a favor del cambio en el Presupuesto sin pedir o solicitar nada a cambio, y el Gobierno sigue en minoría”, ha abundado Ramírez.

Aquí conviene subrayar que es un portavoz de un Gobierno del Partido Popular defendiendo la ruptura de la disciplina de voto del PSOE de dos de los diputados que forman el Grupo Parlamentario socialista y que, si no, se acerca, abre la puerta a que en el futuro cualquier diputado, por ejemplo del Partido Popular, pudiera por cuestiones de convencimiento personal, votar en contra del criterio del Gobierno del que forma parte, alguna cuestión siempre y cuando no enturbiara el resultado de la votación.

“En este caso es la gestora del PSOE quien, por alguna razón que no conocemos, decide no respaldar el acuerdo y es la Gestora la que ha decidido expulsar al señor Rahal y la señora Mustafa Es la Gestora la que ha roto al Grupo Socialista en la Asamblea”, ha explicado Ramírez.

Dos matices de la propia realidad a lo explicado por el portavoz del PP. Si bien es el Grupo Socialista en la Asamblea el legitimado, y así lo ha hecho, para expulsar del propio grupo a Rahal y Mustafa, ha sido la dirección federal del partido en la calle Ferraz la que ha comunicado, en el caso de Rahal -Mustafa es independiente- la expulsión del partido, con lo que se deriva de ello. Y el PSOE en realidad sí explicó, aunque puedan parecer poco convincentes, sus razones para el voto en contra, durante la propia sesión plenaria.

Ramírez aún así ha abundado en que “si ambos diputados hubieran acatado la decisión de la gestora habría salido el expediente aprobado”. Cierto. “Ni nos hemos apoyado en el transfuguismo ni existe tal transfuguismo. Ha sido la Gestora la que ha provocado la ruptura de su grupo”, ha enfatizado Ramírez.

Vistas estas explicaciones parece claro que el Gobierno del PP, en minoría, y al que aún contando con los tres votos del MDyC le faltaría uno para los 13 que demandante cualquier votación en la Asamblea, está dispuesto a dialogar para futuros asuntos también con los recién salidos del PSOE. Hasta tal punto que el Ejecutivo ha mostrado desde el minuto uno, hoy también el portavoz, su predisposición a hacer valer el peso de los no adscritos en los Consejos de Administración de los entes y sociedades municipales, algo a lo que en las legislaturas anteriores se resistió con uñas y dientes, pero que en esta alcanza un valor capital. Si no pudieran estar y votar en esos Consejos de Administración, el PP estaría en minoría en todos ellos y no le alcanzaría con sumar al MDyC, dado que al ser sociedades, incluso para aprobar cualquier compra, no es suficiente con sumar un voto más, sino que hace falta una mayoría absoluta: el equivalente al peso de los 13 votos, dados que en los consejos se vota de forma representativa y equivalente al peso en la Asamblea.

Aún así, Ramírez, ha defendido que el Gobierno no prevé otra cosa que aplicar el reglamento y relacionarse con los no adscritos socialistas como marca el reglamento de una forma literal.