Castillejos y Ceuta: las dos caras de la misma crisis migratoria

El paseo marítimo de Castillejos, acordonado (C.A.)

La localidad marroquí vive una situación de tensión constante debido a la presión migratoria. Las autoridades han reforzado la seguridad en la zona, mientras los residentes locales se enfrentan a cambios en el perfil de los inmigrantes: marroquíes del sur

La presión migratoria en la frontera del Tarajal no sólo afecta a Ceuta. En el otro lado, Castillejos la sufre en la misma medida, o incluso mayor. Por ejemplo, desde el pasado martes, las autoridades marroquíes acordonaron tanto la playa Castillejos, más próxima al espigón fronterizo, así como el paseo marítimo, tras el intento de pase a nado masivo de la madrugada del domingo al lunes, cuando alrededor de unas 1.500 personas intentaron cruzar a Ceuta, la inmensa mayoría, sin éxito. Y, prácticamente la totalidad de los que han sido devueltos en frontera, han sido traslados al sur, a Kenitra. Testigos en Castillejos aseguran haber comprobado que unos 25 autobuses se han desplazado hasta el sur de Marruecos con los que fueron “pillados” por las autoridades.

A lo largo de la playa se han instalado puntos de control, con una fuerte presencia de miembros de las Fuerzas Auxiliares para prevenir cualquier nuevo intento de cruce a nado. También desde esa misma fecha, buques de la Armada Real marroquí, patrullan la zona.

Una serie de medidas que demuestran la colaboración de Marruecos en materia de contención migratoria pero que altera, aún más, la vida de la localidad marroquí.

Ceutíes que tienen en la localidad marroquí una segunda residencia, señalan que “la gente de Castillejos está atemorizada” y además apuntan a un cambio de perfil de los candidatos al cruce irregular hacia Ceuta. “No son del norte. Son marroquíes del sur”, que “se esconden en el bosque”. Los subsaharianos han desaparecido de Castillejos. Con el cambio de perfil, también han cambiado las costumbres y los vecinos de Castillejos “ya se están mosqueando, porque esta gente no respeta nada”.

Relatan que en las cafeterías más próximas al mar. “No saben que hacer porque se esconden dentro, cada vez que pasan las patrullas, y nos lo pueden echar porque es público”, señala un ceutí que tiene una segunda residencia muy cerca de la frontera con Ceuta. Estos marroquíes del sur, con malas formas hacia los vecinos de Castillejos, “piden un café y se sientan, y estoy hablando de 30 a la vez”.

El drama migratorio tiene muchas aristas y Castillejos no es ajeno a los problemas que genera y su población lo sufre como la de Ceuta.