Editorial

Lo que antes criticaba ahora me sirve

En el último año, la dirección del Partido Socialista en Ceuta ha pasado prácticamente desapercibida ante el escrutinio crítico que merece. 

El análisis de las listas electorales es un ejercicio fundamental, especialmente cuando se intenta construir una estrategia ganadora. Sin embargo, el silencio ha sido la norma: pocos se han detenido a examinar las listas del 2023, donde se constató una preocupante falta de claridad y transparencia. No sólo quedó en evidencia el pago de favores por parte de un secretario general, cuya invitación a renunciar a su cargo fue más que comentada, sino que también sorprendió la presencia de dos candidatos, entre los primeros diez puestos, que ni siquiera estaban afiliados a la formación.

Este tipo de situaciones, que debieran levantar inquietudes y preguntas, pasaron desapercibidas y fueron ignoradas. En lugar de afrontar la cuestión de fondo y preguntarse quién es responsable de tal falta de coherencia, algunos prefieren mantener buenas relaciones con aquellos que deberían ser objeto de crítica. La razón de este comportamiento no es otra que el interés en recibir el respaldo de un supuesto "chorro de votos" que, en su momento, se canalizó hacia el partido, y que ahora se asemeja a un salvavidas.

Paradójicamente, se alzan voces solo cuando hay una posibilidad de que ciertos afiliados sean ubicados en posiciones relevantes dentro del organigrama del partido. Esta actitud refleja una cultura política que prioriza el beneficio personal sobre el interés colectivo del partido. La crítica hacia una gestora designada desde Madrid ha sido una constante, pero sorprende que no se escuche el mismo tono al cuestionar la realidad de las dos diputadas que aún forman parte del grupo parlamentario socialista y que, según se dice, no han sido visibilizadas en este contexto.

Es evidente que hay cuestiones que, por diversas razones, no parecen generar el mismo interés. Sin embargo, lo que no debería pasar desapercibido es que con la dirección actual y las decisiones tomadas a través de esa lista, Ceuta perdió la oportunidad de ser gobernada de manera efectiva. Es momento de que los críticos reflexionen sobre su papel y su responsabilidad en el devenir del Partido Socialista en esta ciudad. Las elecciones son una oportunidad para el cambio, pero requieren un compromiso genuino con la democracia interna y con la representación verdadera de todos los afiliados. La historia nos enseña que el futuro del partido depende de decisiones acertadas y de un liderazgo que no solo escuche, sino que actúe con responsabilidad y transparencia. Es hora de que Ceuta tenga la voz y el liderazgo que merece.