Editorial

Si no te conocen, cómprate un Juan

"Es momento de que el PSOE de Ceuta establezca un camino firme hacia el futuro, alejándose de las luchas internas y centrándose en construir un proyecto que represente los intereses de todos"

La situación del PSOE de Ceuta es, como mínimo, preocupante. Las recientes declaraciones y acciones de algunos de sus miembros revelan falta de cohesión y una lucha interna que perjudica gravemente la imagen del partido. La insistencia en que están “haciendo lo mejor para la agrupación” se desmorona ante la realidad de que sus luchas internas sólo parecen acelerar la caída de un histórico referente político.

Es lamentable observar cómo el egocentrismo de algunos líderes, como el de Núñez, eclipsa el verdadero objetivo de trabajar por el bien común. Este individuo, que ya ha intentado liderar el partido en varias ocasiones, parece más enfocado en satisfacer sus ambiciones personales que en ofrecer un proyecto sólido a sus posibles votantes. 

Las excusas sobre los cambios en la Secretaría General, tras la destitución del último secretario general, son inaceptables y carecen de fundamento. El partido no puede seguir aferrándose a narrativas que resultan inverosímiles para la ciudadanía.

El clima de desconfianza y la percepción de un liderazgo fragmentado son evidentes. La actual gestora, alineada con las directrices de Madrid, debe asumir la responsabilidad de unificar al partido y aportar una visión clara. Sin embargo, las sombras que dejan los anteriores líderes, como Juan Gutiérrez, no ayudan. La decisión de Gutiérrez, invitado a salir por la puerta aunque hizo creer que abandonó el cargo por “cuestiones personales”, de permanecer en un segundo plano mientras mueve hilos desde la distancia solo genera confusión y descontento entre las bases del partido.

La crítica también debe dirigirse hacia aquellos que, entre bambalinas, observan y opinan sobre la gestión actual sin reconocer sus propias responsabilidades. Deberían, antes que nada, ocuparse de saldar sus deudas personales y ser menos belicosos en su discurso hacia la dirección del partido. 

En este contexto, el futuro del PSOE de Ceuta pende de un hilo. La posibilidad de refundación está en el aire; y algunos, dentro del partido, pueden considerarlo necesario para limpiar una imagen que está cada vez más deteriorada. La clave radica en cómo, y sobre todo en quiénes, quedarán al mando en el próximo congreso. Es fundamental que el próximo líder o lideresa tenga la capacidad no sólo de generar confianza dentro del partido, sino también de recuperar la credibilidad ante los ceutíes.

La lección es clara: los trapos sucios se deben lavar en casa. Es momento de que el PSOE de Ceuta establezca un camino firme hacia el futuro, alejándose de las luchas internas y centrándose en construir un proyecto que represente los intereses de todos. La pregunta es si tendrán la voluntad y el deseo de hacerlo.