Los empresarios piden un cambio legal para dejar atrás un puerto franco que consideran «ficticio»

Vista aérea de Ceuta (C.A./ARCHIVO)

La CECE aspira a alcanzar un nuevo estatus que permita dinamizar la economía local y los intercambios comerciales

Un boli que viaja desde China a Ceuta. «Alibaba (consorcio dedicado al comercio electrónico en Internet) dispone de dos posibilidades: o tener todos estos bolis en Europa o dejarlos en una zona franca. Pero no le es posible vender boli a boli, porque desde la zona franca no puedes vender al por menor. Pues te puedes venir a Ceuta.  Nosotros modificamos la normativa para que en nuestra zona franca vendas al por menor y entonces hagas llegar tu boli directamente».

La narración de la azarosa odisea del bolígrafo que cruza medio mundo es el ilustrativo medio por el cual la presidenta de la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE), Arantxa Campos, describe una de las ambiciones de la organización: disponer en Ceuta de una zona franca que dinamice la economía local y los intercambios mercantiles y que supere las posibilidades que actualmente ofrece el puerto franco.

«Ahora mismo somos un puerto franco ficticio –continúa Campos- Por puerto franco se entiende un espacio donde no hay que pagar ningún derecho económico por introducir las mercancías. Y nosotros en Ceuta, cuando lo hacemos, tenemos que pagar el IPSI. Si hay que abonar un derecho por la importación, ya no somos puerto franco real».

La CECE mantiene desde hace semanas una febril actividad ante las administraciones para conseguir que esta transición llegue a hacerse efectiva, aunque la Delegación del Gobierno no ha ofrecido todavía ninguna respuesta satisfactoria a las peticiones empresariales.

Las aspiraciones de los empresarios pasan por que se impulse un cambio legal que facilite el proceso. El procedimiento de despacho fue establecido en una orden ministerial de 1998, y aunque se ha forjado un cada vez mayor consenso sobre la necesidad de que el sistema evolucione, nada ha cambiado.

La presidenta de la CECE, Arantxa Campos (C.A.)

La reclamación de la CECE está apoyada en un documentado informe en el que se considera que la modificación de la orden ministerial mediante su actualización o la aprobación de una norma con rango legal nueva puede abrir oportunidades en los procesos de almacenamiento y transformación de mercancía. El documento establece precisiones sobre los beneficios que para Ceuta podría deparar esta modificación legal. Así, recuerda que sectores como el de la fabricación de bicicletas y productos industriales están desplazando su producción a Europa. «Esta sería una posible vía para ofrecer oportunidades con ahorros arancelarios tangibles obtenidos bajo un régimen de normas transparente y actualizado», sostienen los autores del trabajo.

Los cambios reclamados redundarían en la instauración de un régimen fiscal especial de depósito aduanero. La mercancía enviada desde estos depósitos al territorio de la Unión Europea se beneficiaría de la condición de «entrada directa», lo que permitiría al importador en la Península aprovecharse de la exención del arancel. «En Ceuta no existe la posibilidad de tener un depósito aduanero libre de impuestos», apunta la presidenta de la CECE.

Los empresarios confían en que este cambio de paradigma permita favorecer el comercio en la ciudad y agilizar el transporte abaratándolo. Además, Campos sostiene que esta anhelada zona franca no entraría en contradicción con el Régimen Económico y Fiscal de Ceuta y, ni tan siquiera, estorbaría una hipotética entrada de la ciudad en la Unión Aduanera. «Si llegase ese ingreso en la Unión Aduanera, me pedirían pagar arancel para permitir la entrada de mercancía, pagar el IVA y pasar las trabas paraaduaneras. ¿Qué podría pasar?  Que yo dijera: bueno, pues yo quiero como Canarias. Que yo quiero entrar en la Unión Aduanera pero no en territorio IVA.  Eso es posible», concluye la presidenta de CECE.